Apagó la luz de su apartamento, cerró la puerta de entrada con llave, bajó las escaleras y se dirigió, desde el eixample, al centro de la ciudad.
Nadie sospechaba que en secreto, a escondidas, filmaba todos y cada uno de sus sueños.
Actualmente conservo todo ese material cinematográfico ordenado y registrado metódicamente en mis archivos personales.